¡Hoy en L@s redondelan@s te cuidamos… entrevista con Ana de Fimar Fisioterapia. ¡Gracias por colaborar con nosotros!
¿Qué es dolor lumbar y cuál es su prevalencia?
El dolor lumbar no es un diagnóstico, sino un síntoma. Se refiere a la sensación dolorosa que se percibe en la región lumbar y/o sacra de la columna y que puede ser local, pero también irradiar a las extremidades. El dolor lumbar corresponde a uno de los síntomas más prevalentes en la población, siendo la segunda causa más frecuente de consulta médica a nivel mundial.
Afecta al 18,5% de la población española, siendo algo más frecuente en las mujeres que en los varones. En cuanto a edad, la década de los 45-55 años es la que tiene mayor incidencia. (Según el informe del Sistema Nacional de Salud del año 2017)
Se estima que más del 80% de la población sufrirá en algún momento de su vida un episodio de lumbalgia y el 18% lo presentará de forma recurrente cada año.
¿Cuál es la causa más frecuente de dolor lumbar?
El 80%-90% de los casos con dolor lumbar tienen un origen inespecífico, no se puede determinar la causa. Cualquier estructura inervada de la columna (músculos, ligamentos, articulaciones, disco intervertebral, fascia…) puede causar dolor y a estos hay que añadirle otros factores como los sociales (por ejemplo, malos hábitos de vida, como el descanso o la alimentación o a nivel laboral con sobreesfuerzos o movimientos repetitivos…) y los psicológicos (estado emocional, motivación, experiencias previas con el dolor…).
Sólo el 10%-20% restante de los casos tienen una causa específica, en los que nos podemos encontrar fracturas, infecciones, tumores o procesos inflamatorios que afectan a la columna. En este porcentaje también podríamos incluir el dolor radicular cuando se relaciona con compresión de la raíz nerviosa por extrusión discal, estenosis del canal, etc.
¿Frío o calor?
La aplicación de frío o calor no es por sí un tratamiento, pero sí que pueden ayudar a mejorar los síntomas de forma temporal. Además de que son una herramienta que cualquiera se puede aplicar por sí mismo en casa. Para saber qué es mejor, si frío o calor tenemos que fijarnos en sus efectos fisiológicos y también en la preferencia de cada paciente.
El calor provoca vasodilatación en los capilares por lo que aumenta el aporte sanguíneo local favoreciendo la circulación y con ello el metabolismo de músculos, ligamentos y fascias. Y además su aplicación prolongada produce un efecto sedante y analgésico. Por lo que podremos utilizarlo en dolor lumbar siempre que no haya un proceso inflamatorio agudo ya sea metabólico o por un traumatismo reciente.
El frío va a provocar una vasoconstricción en los capilares reduciendo así el metabolismo, por eso es útil ante inflamaciones agudas. Además, su aplicación prolongada puede tener un efecto anestésico local.
No hay mucha evidencia científica que avale el uso de estos agentes en el dolor lumbar como tratamiento único, pero sí que hay estudios que indican que el uso de calor combinado con ejercicio físico guiado por un profesional de la salud es efectivo.
¿Cuándo es el mejor momento para acudir al fisioterapeuta?
No existe ninguna regla formal que nos diga cuando es el mejor momento para acudir al fisioterapeuta, dependerá de cada caso. La fisioterapia tiene un arsenal terapéutico muy amplio que nos permite adaptarnos a cada caso particular dependiendo del tipo de dolor, la localización o su evolución, pero también según la limitación funcional y la afectación general del paciente.
No nos encargamos solo de tratar al paciente, hacemos una valoración y emitimos un diagnóstico fisioterápico que nos permitirá plantearnos un tratamiento, pero también dar pautas y consejos que hará que la recuperación sea mejor y más rápida.
Es importante entender que el Fisioterapeuta es un profesional sanitario. Esto es una garantía para el paciente de que va a recibir un tratamiento adaptado a sus necesidades reduciendo al mínimo los posibles efectos secundarios del tratamiento.
¿Reposo o ejercicio físico?
La respuesta es clara, ejercicio físico.
Ya dijimos que las causas de dolor lumbar son muchas y variadas, pero en casi ningún de los supuestos está indicado el reposo absoluto.
La inmovilización y el reposo absoluto como método de abordaje del dolor de espalda es un concepto obsoleto que puede ayudar a que los episodios de dolor sean recurrentes o a que ese proceso se cronifique.
Por el contrario, está demostrada la eficacia del ejercicio físico guiado y personalizado ya que devuelve la función, mejora la conducta y disminuye la percepción del dolor. Se trata de un proceso progresivo en el que debemos escuchar al cuerpo y dejarse guiar por un profesional de la salud, (en este caso un fisioterapeuta) que nos ayude a adaptarnos de nuevo a la actividad normal.
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